Proyecto Barroco

 


"Bodegón con cuerno para beber" - Willem Kalf,  1653, óleo sobre lienzo, 86 x 102 cm, se encuentra en la galería nacional de Londres.

Los bodegones holandeses del siglo XVII reflejaban en mayor o menor medida el poderío económico de sus propietarios. Cuando el cuadro estaba lleno de objetos o alimentos de precios prohibitivos, como los que vemos aquí, significaba que al dueño le salía el dinero por las orejas. Las copas de cristal decorado, las bandejas de plata y la alfombra oriental son objetos de lujo, pero no tienen nada que hacer al lado del cuerno de rinoceronte montado en plata que vemos al fondo, una pieza de orfebrería extraordinaria que sigue existiendo hoy en día y que se conserva en el Museo de Amsterdam. Sabemos que fue fabricado en 1566 para alguien relacionado con el gremio de arqueros de la ciudad. En el pie de plata del cuerno, está representado el martirio de San Sebastián, con el santo en el centro y dos soldados romanos, uno a cada lado. La historia de San Sebastián ya la hemos contado en otros cuadros del día, así que me ahorro escribirla de nuevo. Era el santo patrón de los arqueros por haber hecho de diana humana para los romanos. Los objetos que aparecen en este cuadro no estaban al alcance de cualquiera, y tampoco lo estaban los bodegones de Willem Kalf, uno de los pintores más reputados de ese momento. Todos los elementos están estratégicamente seleccionados para que el artista pueda lucirse representando diferentes texturas. El cuchillo colocado en escorzo, con el mango proyectándose hacia nosotros para darle profundidad a la escena, es un recurso habitual de los bodegones de este tipo.

Escogí esta obra porque quiero trabajar y expresar el especismo. El especismo es la discriminación de un ser vivo en función de su especie. El especismo es situar los intereses y las necesidades del ser humano por encima de los intereses y las necesidades del resto de seres vivos.
Es una discriminación hacia las especies que no son de la raza humana, en este caso, hacia la especie animal (paradójicamente, ya que los humanos también somos animales). Dentro de esta discriminación se establecen diferentes criterios dependiendo del tipo de animal del que se trate. En nuestra sociedad han ido ganando nuestro respeto los animales considerados de compañía, como los gatos y los perros, pero sin embargo, los animales de granja, como los cerdos, vacas y gallinas, se les sigue tratando como una mera mercancía que como un ser sensible que lucha por las mismas necesidades de supervivencia que nosotros.
El especismo considera que la especie humana es superior al resto de animales no humanos, creyéndonos con el derecho de explotarlos, usarlos y sacrificarlos a nuestro antojo. El especismo es una discriminación cruel, injusta y arbitraria, al igual que el sexismo, el racismo y el rechazo a las personas con alguna discapacidad física o intelectual. Personalmente yo me considero a los animales más dignos de ser sujeto de derecho que los humanos, se lo merecen mucho más que nosotros. Que nos separa de los animales uno se puede cuestionar, es la razón, la capacidad de razonar y ocupamos esta herramienta para perjudicar, esclavizar y asesinar sin ninguna recriminación en vez de actuar de buena fe. 
Todos los animales, humanos y no humanos, somos seres que sentimos, sufrimos y disfrutamos de la vida. Todos tenemos necesidades fisiológicas, afectivas y sociales. Ningún animal, humano o no, debería ser propiedad de nadie. Al igual que ningún hombre debe ser superior a una mujer o una raza es mejor que otra. Todos deberíamos ser iguales, en derechos, defensa y bienestar.

En mi vida personal trato de llevar estas ideas a la consecuencia y congruencia, siendo vegana y anti-especista. La puerta que dió cabida a esta ideología fue mi experiencia con la especie de los gatos, mis queridos compañeros peludos, he logrado una conexión de amor mucho más trascendental e importante que cualquiera que haya formado con animales humanos. El amor ínter-especie es el más real, auténtico, sincero y sano que a mi parecer se puede formar. No creo el ser "dueña" de el otro solo por no ser humano, soy cuidadora y elle me cuida a mi. 

Con esta experiencia comenzó la inquietud de cual era la diferencia entre los animales que me acompañaban con los cuales ponía en mi plato, y es esto precisamente el especismo. La única diferencia es que en nuestra cultura y sociedad occidental está mal visto consumir a los "animales de compañía" o "domésticos" sin embargo no hay ninguna problema con los que se diferencian como "ganaderos", y entonces yo invito a que se coloquen en el lugar de aquellos animales sacrificados, a imaginarnos si en vez de los ganaderos fueran nuestros animales de compañía, es entonces que podemos acercarnos un poco desde la empatía a sentir en un mínimo el dolor del genocidio animal. ¿En realidad amas a los animales si consumes sus cadáveres?.

Por todo esto tomé el concepto del bodegón donde yace un animal muerto para, con las técnicas aprendidas en clase, representar lo mismo pero en vez de un animal "ganadero" o de "pesca" hacerlo con un mamífero doméstico. La gente suele no reaccionar de la misma manera con la idea de consumir productos de animales "ganaderos" como leche de vaca o huevos de gallina con la de consumir por ejemplo carne de perro o leche de gato.

El anti-especismo es un movimiento que cada día está más en boga. 












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